Los aranceles impuestos por Estados Unidos genera un efecto negativo sobre la economía, debilitando la confianza en el comercio, principal motor de crecimiento mundial. El impacto se hizo sentir desde multinacionales hasta pequeñas empresas, todas ajustaron sus proyecciones de ventas, anticipando recortes de empleo y reconfigurando sus estrategias de negocio impulsada por un panorama económico cada vez más incierto.
Las cifras recientes sugieren un panorama preocupante, con las economías principales proyectando a la baja sus posibles crecimiento. La incertidumbre generada por los aranceles, es un factor clave, debido que paraliza decisiones y frena la expansión del sector comercio.
El obstáculo más reciente sobre las pequeñas empresas esta relacionado a la imposición de aranceles a paquetes de comercio electrónico menores a 800 dólares procedentes de China. La medida, que antes facilitaba el flujo de mercancías, representa ahora un problema para el comercio.
En resumen, la política arancelaria genera un clima de incertidumbre que frena el crecimiento económico mundial. La pregunta es si los esfuerzos lograrán mitigar el daño o si la economía se verá arrastrada a una desaceleración profunda.
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