El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presidió varias reuniones con su equipo de transición para sentar las bases del futuro gobierno y discutir dos temas fundamentales en el plan de acción, presupuestos y medio ambiente.
Aliados del Partido de los trabajadores se reunieron en Sao Paulo para abordar los temas más apremiantes que enfrentarán a partir del 1 de enero.
El equipo de Lula trabaja para cumplir las promesas realizadas durante la campaña electoral, de mantener el valor del subsidio para los más pobres cercano a los 120 dólares mensuales.
La propuesta de presupuesto de la administración Bolsonaro presentada al Congreso estimaba el monto en 80 dólares para 2023, 33 por ciento menos respecto a la actual ayuda gubernamental. Lula prometió a las familias un bono extra de 30 dólares por cada niño menor de seis años.
El equipo de Lula analiza cómo podría materializarse la ayuda en medio de la turbulencia fiscal de la economía.
Entre las formulas estaría una enmienda constitucional, aunque requeriría negociaciones con la legislatura y cuya aprobación dependería de la mayoría de la Cámara de Representantes y del Senado, que ahora dominan las fuerzas de centro derecha.
La segunda pasaría por modificar el actual proyecto de presupuesto y reasignar fondos destinados a otras iniciativas. Lula negociar estas medidas durante esta semana, junto con el vicepresidente electo Geraldo Alckmin, quien coordina el equipo de transición con el gobierno de Bolsonaro.
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