Jair Bolsonaro está elevando el gasto público en los últimos días de la campaña electoral en Brasil, implementando medidas destinadas a mejorar la percepción de la economía y reducir la ventaja que tiene su contrincante, Luiz Inácio Lula da Silva.
El actual presidente de Brasil impuso medidas, algunas por varios millones de dólares, desde que sorprendió con una mejor votación a la esperada en primera vuelta electoral, el pasado 2 de octubre.
Bolsonaro podría estar viendo los primeros resultados de las recientes medidas tomadas. Las encuestas sugieren una menor diferencia entre los candidatos, incluso en una de ellas se observa un empate técnico.
El mandatario brasileño redobló los planes para seguir reduciendo impuestos y repartiendo dinero a los más necesitados, todo para ganar la segunda vuelta prevista para el 30 de octubre.
Marcelo Castillo, politólogo expresó los gobiernos anteriores en Brasil recurrieron a las obras públicas o proporcionaron estímulos cada vez que existían elecciones, generando una sensación de improvisación debido que las iniciativas comenzaron muy cerca de las elecciones.
Las medidas están destinada a 500.000 familias más dentro del programa de ayuda de Bolsonaro; elevando la asistencia a taxistas; proporcionando crédito a mujeres empresarias y perdonando deuda a empresas e individuos, a través de Caixa Económica Federal.
La encuesta de Datafolha sugiere que Bolsonaro tiene 48 por ciento de votos válidos, que excluyen votos nulos y en blanco. Mientras Lula, de 76 años, tendría 52 por ciento, aunque la encuesta tiene un margen de error de 2 puntos.
Reducción de impuestos y Donativos
La mayor cantidad de dinero en la calle se suma a los programas de gastos preelectorales. A principios de 2022, Bolsonaro aprobó una ayuda por un monto superior a los 8.000 millones de dólares. Gran parte entregada a familias pobres y para recortes de impuestos destinados a bajar el precio de la gasolina, principal preocupaciones de los votantes brasileños.
Bolsonaro rechazó las críticas de que sus esfuerzos van destinados para las elecciones, diciendo que son necesarios para combatir el hambre y amortiguar la inflación, que está por arriba del 7 por ciento anual.
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