Perú extendió la fase de ajuste monetario para intentar frenar el aumento de la inflación que ahora se complica con las protestas antigubernamentales y bloqueos de carreteras en distintas regiones.
El ente monetario elevó la tasa de referencia en 0,25 de punto para llevarla a 7,75 por ciento, el nivel más alto en más de 20 años. La decisión no sorprendió al mercado, siendo la decimoctava alza de tasas seguida del banco central.
Los encargados batallan para controlar el mayor aumento de la inflación desde 1990, pero los disturbios que sacuden a Perú están complicando esta labor. Incluso tras la ligera desaceleración desde máximo vistos en junio de 2022, la inflación anual supera más de cuatro veces el punto medio del objetivo del banco.
La moderación en los precios de alimentos y energía en el mundo, además de la caída de las expectativas de inflación ayudarán a esta tendencia, según el órgano monetario.
Las protestas dejaron carreteras clave bloqueadas, con manifestantes exigiendo la renuncia de Dina Boluarte, quien asumió la presidencia recientemente, y piden convocar nuevas elecciones rápidamente.
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