La tensión comercial entre Estados Unidos y China, vuelve a ser protagonista. La administración Trump reveló estar en negociaciones con Pekín para alcanzar un acuerdo arancelario.
Aunque, la narrativa se complica con declaraciones contradictorias y falta de claridad sobre el progreso de las conversaciones. Según varios medios en Estados Unidos, el presidente chino Xi Jinping habría llamado a Trump.
El presidente de Estados Unidos reiteró haber hablado con Xi Jinping, pero evitó revelar detalles. Sus declaraciones, justo antes de viajar al funeral del Papa Francisco, no arrojaron luz sobre el estado de las negociaciones.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino, por su parte, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre las afirmaciones de Trump. Sin embargo, antes de la publicación de la entrevista, Pekín había acusado a Washington de «engañar al público» sobre las negociaciones arancelarias bilaterales, reiterando este comentario a través de su embajada en Washington.
Esta declaración, lejos de disipar las dudas, plantea interrogantes sobre la verdadera intención de la administración Trump. Los mercados financieros, sensibles al avance o retroceso en las negociaciones, observan con cautela.
En este contexto, la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China continúa, con un acuerdo esquivo que podría tener un impacto significativo en la economía mundial. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién liderará el baile y a qué precio?
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