La Reserva Federal debe reunirse esta semana para tomar decisiones sobre un nuevo incremento de tasas, con la mira puesta en contener la alta inflación, mientras intenta evitar una posible recesión, un ejercicio delicado de equilibrio monetario.
El organismo debe tratar que la desaceleración de la actividad económica no sea demasiado fuerte, para que no se un obstáculo muy alto para el mercado laboral, actualmente con cifras sólidas.
La proyección de un alza de tres cuartos de puntos es la preferida por los mercados locales e internacionales. En junio, el incremento fue el más alto hasta desde 1994. Christopher Waller, gobernador del banco central abrió la puerta a un probable alza de un punto porcentual.
Mientras el mercado inmobiliario registró un fuerte retroceso en sus operaciones por los precios exorbitantes de las viviendas y por las tasas altas. Por el contrario, miles de ofertas laborales no encuentran empleados suficientes, y el consumo sigue a pesar de los altos precios.
Janet Yellen secretaria del Tesoro detalló que la economía estadounidense se «desacelera», pero las cifras no anuncian una recesión en lo inmediato. El crecimiento del PIB en el segundo trimestre se conocerá el próximo jueves y probablemente suba ligeramente, tras un primer trimestre negativo.
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