Los precios al consumidor brasileños retrocedieron a mediados de agosto gracias a los precios más bajos de los combustibles por los recortes de impuestos, anunció este miércoles la oficina de estadísticas IBGE.
El índice IPCA-15 de Brasil retrocedió 0,73% en el período mencionado, frente al aumento de 0,13% en comparación al mes anterior, lo que mantiene la tendencia a la baja registrada durante el mes de julio.
Es la tasa más baja hasta ahora desde que se comenzó a medir mensualmente la inflación en noviembre de 1991. Los economistas encuestados esperaban una reducción aún mayor en que situaban la cifra en 0,81%.
Brasil reportó deflación debido que los precios del transporte bajaron debido a las leyes federales que redujeron impuestos al combustible y recortaron precios por parte de la petrolera Petrobras.
Los precios bajos del combustible son clave para la reelección del presidente Jair Bolsonaro. El actual presidente estaría detrás de Luiz Inácio Lula da Silva, en las encuestas de opinión.
Los costos de transporte bajaron 5,24% debido a los menores precios en la gasolina y etanol, pero fue compensado por el aumento de 1,12% en los costos de alimentos y bebidas, según el IBGE.
La inflación alcanzó 9,6% en los últimos 12 meses a mediados de agosto, mientras que las expectativas del mercado estaban en 9,5%, todavía por encima del objetivo del banco central del 3,5%.
El jefe del banco central, Roberto Campos Neto, informó esta semana que la inflación alcanzaría 6,5% en 2022, pero señaló que se recuperaría en 2023, debido que algunas medidas gubernamentales expiran en diciembre.
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