La detección sobre una cuarta fuga en los gasoductos Nord Stream parece disipar otra opción que no sea un sabotaje para explicar los escapes, un tema que es investigado por autoridades danesas y suecas, mientras Alemania estudia daños medioambientales.
Las fugas provocarán emisiones tóxicas, según la Agencia Federal de Medio Ambiente, que se basa en proyecciones sobre el volumen de gas acumulado en estas tuberías.
Las tuberías Nord Stream están fuera de servicio. El primero interrumpió suministros hace semanas por problemas técnicos, mientras que el segundo no pudo entrar en funcionamiento hasta ahora.
La aparición de las fugas generó acusaciones de los países afectados y del resto de la Unión Europea, como de Estados Unidos. Según informó la Marina sueca, la cuarta tiene un tamaño menor que las otras.
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