En la actualidad cada vez más existen más países que quieren jugar en los mercados financieros más altos, con decisiones estratégicas regionales y aprovechando las tendencias del comercio exterior e integración en cadenas de valor mundial.
Las relaciones internacionales e incluso el comercio mundial parece estar fuera de la agenda de los espacios políticos y eso genera dudas e inconsistencias sobre los lineamientos y posibilidad de apertura de nuevos mercados.
La Cumbre de presidentes del Mercosur realizada recientemente, en la que el gobierno de Argentina presentó al ministro de Economía, Sergio Massa, como candidato a la presidencia.
La pretensión de Uruguay que negocia por su cuenta tratados de libre comercio con bloques asiáticos y europeos, al margen de sus socios en Mercosur, desnuda las indefiniciones y estancamiento que, en materia de comercio, se está moviendo hacía el continente asiático, atraído por los ofrecimientos de China, pero Vietnam, Taiwán, Corea, Japón, Singapur, Malasia, Tailandia e India juegan un papel importante para inclinar la balanza comercial.
En este contexto en el que, el Mercosur está complicado por la creciente desconfianza entre los países miembros y la importancia relativa del comercio cada vez menor. Los mercados asiáticos están siendo cada vez más claves.
Aunque el acuerdo con la Unión Europea, se trabó desde la propuesta de Bruselas de incluir una cambio en el texto firmado en junio de 2019, en el que incluye el cumplimiento de condiciones ambientales.
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