Lula da Silva, presidente de Brasil, encabezó la sesión solemne en el Parlamento, que congregó a todos los partidos políticos para promulgar una nueva reforma tributaria, que es considerada histórica por todos los sectores brasileños.
La nueva reglamentación, coronó el esfuerzo sin éxito por más de 30 años, en el que diversos proyectos fueron rechazados, manteniendo un sistema complejo, que gradualmente elevó la carga tributaria por encima del 40 por ciento.
Lula celebró la madurez del debate realizado para la reforma dentro del Parlamento que está representada por una veintena de partidos y valoró el compromiso de los sectores involucrados en esta nueva reforma.
Uno de los cambios que trae el nuevo sistema, es la creación del Impuesto al Valor Agregado que será cercano al 25 por ciento y en el que serán unificados cinco tributos aplicados al consumo.
El nuevo IVA será dividido en dos tributos, uno cobrado por la administración federal y otro, que será distribuido entre estados y alcaldías. Además, la ley incluye una vertiente social, que quedará exenta de impuestos sobre los productos de la canasta básica.
El Gobierno de Lula da Silva sostiene que la reforma generará un crecimiento adicional del PIB superando un punto anual, debido que se espera que reduzca los costos de las empresas. La reforma también fue recibida positivamente por los sindicatos de trabajadores y mercados financieros.
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