Lula da Silva, presidente de Brasil, criticó las tasas de interés que a su juicio son excesivamente elevadas al afirmar que el costo de los préstamos es «o único malo que tiene el país actualmente.
Las declaraciones de Lula sucenden una vez que el Banco Central acelerara el ritmo de endurecimiento monetario con incremento de 100 puntos, situando la tasa en 12,25 por ciento, y anunciara medidas similares en sus próximas reuniones.
El real brasileño alcanzó recientemente mínimos históricos, impulsada por la preocupación de los mercados sobre las perspectivas fiscales una vez el gobierno presentara un paquete de medidas de control de gasto que no cumple con las expectativas de frenar la deuda pública.
El banco central adoptó una postura dura, citando su negativa sobre el paquete fiscal por parte del mercado como un factor que empeorara la inflación, debido que las expectativas de inflación se alejan del 3 por ciento fijado como meta por órgano monetario.
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