Gazprom informó este lunes que detendrá otra turbina de Nord Stream 1 y que el flujo de gas bajará al equivalente de sólo una quinta parte de su capacidad normal. El nuevo recorte de suministro llega en un momento de fuerte tensión en respuesta a las acciones militares de Moscú en Ucrania.
La Unión Europea acusa a Rusia de chantajear energéticamente a la región, mientras el Kremlin afirma que la interrupción se debe a problemas de mantenimiento, aunado a los efectos de las sanciones sobre el país.
La empresa rusa señaló que detendrá el funcionamiento de otra turbina de gas de Siemens en Portovaya, de acuerdo con instrucciones del organismo de control, teniendo en cuenta el estado técnico del motor.
La producción se detendrá a partir del miércoles sufriendo la reducción de 33 millones de metros cúbicos cada día. Suponiendo la mitad de los flujos que se manejan en la actualidad, debido que ya están al 40% de su capacidad natural.
Vladimir Putin advirtió que las sanciones podría provocar un aumento catastrófico en los precios de la energía que sufrirán los consumidores en todo el mundo. El mandatario ruso presagió el último recorte.
Gazprom reanudó las operaciones a través de Nord Stream 1 la semana pasada tras pausarla para realizar un mantenimiento de 10 días. Mientras políticos europeos cuestionaban el mantenimiento, y Alemania señalara que la turbina no debía utilizarse hasta septiembre.
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