Por un lado, Jair Bolsonaro cuestiona el sistema electoral. Mientras que por el otro, Luiz Inácio Lula da Silva advierte que hará retroceder gran parte de la privatización en Brasil. Sin embargo los banqueros en el mundo son optimistas sobre el impacto de las elecciones.
La atención de los inversionistas del mundo y especialmente de América Latina está centrado en las tasas de interés de Estados Unidos, inflación y la guerra en Ucrania, señalan expertos de América Economista, lo que hace que las elecciones sea una preocupación manejable para los inversores.
Brasil representa una oportunidad para los inversores de productos básicos, y posiblemente superen cualquier incertidumbre política en el corto plazo. Lula da Silva tiene una retórica de izquierda comprobada mientras mantiene una ventaja en las encuestas.
Probablemente Brasil entre en una ventana de renovación en las emisiones de acciones, aunque la mayoría de las empresas que están en la bolsa vendan nuevas acciones en lugar de generar una ola de oferta pública.
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