La economía brasileña mostró un crecimiento de 3,4 por ciento durante 2024, el mayor crecimiento desde la pandemia, pero el impulso perdió fuerza en el cuarto trimestre debido a que la restrictiva política monetaria frenó la actividad.
El crecimiento anual desafió las expectativas del mercado con un aumento más modesto, apoyado por las ganancias en la inversión y el consumo de los hogares en un contexto de políticas destinadas a impulsar la renta disponible.
Los resultados del segundo año del presidente Lula da Silva supusieron una aceleración en comparación a la expansión del 3,2 por ciento registrado en 2023 y fue la mejor desde el crecimiento del 4,8 por ciento registrado en 2021.
Aunque, la economía brasileña mostró signos de enfriamiento en los últimos tres meses de 202 últimos4, con una expansión de 0,2 por ciento en comparación al tercer trimestre.
Algunos economistas estiman que el crecimiento del PIB perderá fuerza hasta alcanzar un 2 por ciento en 2025, mientras que el Gobierno prevé que la cifra será de 2,3 por ciento, a medida que la actividad pierde fuelle.
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