Las autoridades chinas han tomado medidas para mitigar los temores generados por los amplios aranceles impuestos por Estados Unidos. Aunque, varios expertos advierten que estos esfuerzos podrían no ser suficientes para contrarrestar el riesgo de una desaceleración del crecimiento económico.
La guerra comercial, impulsada por las políticas del presidente estadounidense Donald Trump, continúa sacudiendo los mercados financieros y generando incertidumbre. Los aranceles entre ambas economías amenazan con perturbar las cadenas de suministro y afectar a una amplia gama de industrias.
A pesar de este panorama, Zhao Chenxin, subdirector de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma en China, expresó optimismo, manifestando su confianza en que el país alcanzará su objetivo de crecimiento del 5% para 2025.
La opinión generalizada entre los observadores de la economía china es que la escalada de la guerra comercial tendrá un impacto negativo en el crecimiento de China. Mientras, Washington ha intensificado la presión al imponer aranceles del 145%, una medida que Pekín ha respondido con represalias, gravando con un 125% las importaciones estadounidenses.
Xi Jinping, presidente chino, intensificó su presencia sobre el sudeste asiático, en un esfuerzo por contrarrestar la ofensiva estadounidense. Pekín advirtió sobre posibles represalias a otros países si se alinean a las políticas de la Casa Blanca.
En conclusión, aunque China busca activamente amortiguar el impacto de la guerra comercial, la persistencia de las tensiones y desafíos económicos preexistentes plantean interrogantes sobre la sostenibilidad del crecimiento a medio y largo plazo.
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