La decisión anunciada por el Banco Central de Inglaterra de mantener sin cambios las tasas de interés sitúa a los tres principales órganos monetarios del mundo en una pausa más durante un mayor tiempo.
La duración dependerá de cómo se comportan los altos precios, la fortaleza del crecimiento en Estados Unidos y la profundidad de las desaceleraciones en Europa y Reino Unido.
Ningún ente monetario dio por cerrado los incrementos sobre las tasas, tanto Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, como Andrew Bailey, encargado del Banco Central de Inglaterra indicaron que la prioridad es devolver la inflación al 2 por ciento.
Los funcionarios del Banco Central de Inglaterra y Estados Unidos, se guiaron por el incremento de las tasas de mercado que se espera que fuera un obstáculo para la actividad económica en las economías desarrolladas, ralentizando el crecimiento en la Unión Europea y Reino Unido.
Los responsables de la Reserva Federal y Banco Central Europeo establecieron un tono similar, descartando hablar sobre posibles recortes de tasas para mantenerse centrados en la inflación.
El Banco Central Europeo mantuvo sus tasas sin cambios, sin embargo, las autoridades destacaron que es prematuro considerar algún recorte, a pesar que los datos mostraron que la inflación está retrocediendo con rapidez.
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