La inflación entró en una nueva fase en la Zona Euro que podría prolongarse por un buen tiempo, según Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, detallando una larga lucha contra el alza de los precios.
El ente monetario Europeo elevó las tasas de interés en las reuniones que mantuvo en 2022, hasta colocar la tasa de depósito en 3,5 por ciento, y promete seguir en julio, en un intento por frenar los altos precios.
Lagarde cree que lo que fue una inflación transitoria, impulsada por los altos precios de la energía, filtrado a la economía y que podría prolongarse.
Los hogares de la zona euro perdieron sus ingresos reales debido a la inflación, por lo que intentan recuperar pérdidas, el BCE intenta mantener la inflación bajo presión, proceso que es amplificado por el crecimiento de la productividad, según Lagarde.
Probablemente una recesión sacudiera en el mercado laboral, facilitará el trabajo del ente monetario, pero las empresas, tendrán dificultad para volver a contratar trabajadores, presionando al alza los salarios.
Otro problema es que el crecimiento del empleo se da en sectores con baja productividad, por lo que el crecimiento de los ingresos nominales viene de la mano de escasos aumentos de eficiencia.
Las empresas podrían acaparar mano de obra debido que elevaron sus márgenes de beneficio en los últimos años y el Banco Central Europeo debe seguir presionando para que ajusten sus precios.
Los mercados consideran que la tasa de depósito alcanzaron máximo del 4 por ciento, lo que sugiere que, tras elevarla en julio, probablemente se produzca otra subida en la reunión de septiembre u octubre.
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