La economía brasileño logró recuperarse durante los primeros meses de 2023 impulsada por las abundantes cosechas que compensaron los costos de endeudamiento. Según datos oficiales el PIB mostró una expansión de 1,9 por ciento entre enero y marzo, en comparación al trimestre anterior.
El repunte de la agricultura brasileña, aunado a un sólido mercado laboral fueron la conformación perfecta para generar resultados por encima de lo pronosticado a principios de 2023. Las tasas de interés altas estarían afectando la confianza de empresas y consumidores, mientras el presidente Lula da Silva pide cambios en la política monetaria.
Tras luchar contra la inflación luego del final de la pandemia, el ente monetario temen que los precios suban más adelante en 2023. La inflación anual de Brasil se desaceleró desde máximo de 2022, pasando de más de 12 a 4,07 por ciento, cerca del objetivo de 3,25 por ciento para 2023 y probablemente alcance el 3 por ciento durante 2024, sin embargo, Campos Neto pidió a los brasileños paciencia y serenidad.
La administración Lula trata de minimizar el impacto del costos de endeudamiento con medidas como exenciones de impuestos y ayuda a los más necesitados. Pero Lula tiene dificultades para conseguir sus objetivos en un Congreso dividido, poniendo en riesgo las leyes que impulsa para reformar la economía.
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