La recuperación de la demanda en China necesitará más tiempo para repuntar debido a los efectos dejados por el COVID-19, pero no existe probabilidades de una deflación en el largo plazo, según el Banco Popular de China.
Aunque China registró un crecimiento por encima de las estimaciones durante el primer trimestre, algunos expertos cree que las cifras enmascaran la debilidad subyacente de la demanda.
El récord de préstamos bancarios en el primer trimestre, inflación dentro del consumo se ralentizaron bruscamente y los precios de fábrica están retrocediendo, este escenario supondría un dolor de cabeza para el ente monetario.
El retroceso de la inflación sugiere que la oferta de bienes de consumo, superó a la demanda, según Zou Lan, encargado del departamento de política monetaria del órgano monetario chino.
Probablemente la inflación en los precios al consumo repunte en los últimos meses de 2023, debido que existe un impacto entre los préstamos bancarios y actividad económica, según el organismo monetario, visualizando que no existe una base para una deflación sostenida en la inflación en China.
El banco central hará que su política monetaria sea contundente, usando las herramientas políticas adecuadas para canalizar el crédito a las pequeñas empresas, innovación tecnológica y otros sectores clave, según Zou.
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