Los préstamos pendientes cayeron 0,3 por ciento en enero, según datos del banco central de Brasil, sugiriendo un primer descenso en los últimos doce meses.
La cifra sugiere una ralentización que impulsaría un escenario de elevados costos de endeudamiento tras el fuerte endurecimiento aplicado por el órgano monetario brasileño para frenar los altos precios.
Los préstamos pendientes retrocedieron un 1 billón de dólares durante el mes de enero, con los préstamos a empresas bajando 2,4 por ciento, mientras que el crédito a las hogares creció 1,1 por ciento.
Los préstamos bancarios perdieron fuerza en medio del encarecimiento del crédito, debido que la tasa de referencia alcanzó 13,75 por ciento desde el mínimo histórico del 2 por ciento de 2021.
Este escenario genero críticas de Lula da Silva, que considera injustificable el nivel de las tasas debido a la desaceleración de la inflación, que se ubicó en 5,63 por ciento a mediados de febrero.
La institución financiera mantiene las tasas sin cambios desde septiembre, pero las cifras muestran que las tasas de interés de los préstamos no destinados a fines específicos crecieron hasta 43,5 por ciento anual.
Los diferenciales también crecieron a 30,6 puntos, mientras que los índices de morosidad de los consumidores y empresas crecieron 4,5 por ciento en enero.
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