La inversión social y de infraestructuras podrían ser las claves del crecimiento en Latinoamérica y el Caribe, debido que la región enfrentará los efectos a largo plazo de la pandemia en sectores como educación y salud, según detalló el Banco Mundial en su reciente informe.
Recortar subsidios a la energía y otros gastos públicos y elevar las transferencias a las familias pobres podría liberar dinero para estos proyectos, mientras que un código tributario sencillo y amplio podría ser progresivo y generar mayores ingresos, según la institución internacional.
Las economías digieren el repunte tras la reapertura de 2021, se tiene previsto que la producción económica tenga un crecimiento del 3 por ciento en 2022, pero podría perder fuerza hasta alcanzar 1,6 por ciento en 2023, según el reporte, que califica la tasa de crecimiento como insuficiente para reducir la pobreza durante el próximo año.
La incursión de Rusia en Ucrania, la presión en los precios y las altas tasas de interés en economías desarrolladas son fuertes obstáculos para el crecimiento de la región, incluso cuando la producción recuperó parte del nivel observado en 2019.
La relación entre la deuda pública y el PIB subió por encima del 75 por ciento de media en América Latina, desde cerca del 60 por ciento, y ha bajado únicamente hasta el 70 por ciento.
En este escenario los ingresos serán los que mayor interés genere. La región tiene un panorama bajo en el cumplimiento del impuesto de sociedades, y el órgano monetario mundial ve espacio en la reducción de tasas, mientras se incrementa el cumplimiento para elevar los ingresos.
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